Noche. Oscuridad que vive y gime,
y sabe que hay luna nueva en mi alma.
Vida. Gesto, indicios de lo sublime
que sabe que hay luna nueva en mi alma.
Sangre. Un corazón que late y hiere,
que busca, y en nada encuentra la calma,
y sabe que la luna nueva quiere
robarle al día su brillo, su calor,
que sucumba su vigor...si pudiere.
O no es ese su deseo, su labor...
Y es que si la la luna oculta la luz
que recuerda que el sol es su valedor,
es cuando ese paso a oscuras por la cruz
me obliga a volver los ojos por doquier,
por si acaso él asomara la testuz
desde el profundo profundo del ayer
o el alba ufana, momento anhelado.
Y miles de estrellas al aparecer
me gritan que el sol es de ellas hermano.
Pilar V. Padial
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