sábado, 3 de septiembre de 2011

EL HOMBRE FELIZ

Otro poema, para compartir con vosotros esa verdad de que quien ama y vive en Dios es alegre


Y como cada mañana
tempranito, con el alba
se le ve pasar
en su vida cotidiana
sus sonrisas a mansalva
en su caminar

Va distribuyendo honrado
a cualquiera que le hable
por que dice-
sencillo, bien ataviado,
de porte esbelto y amable-
le bendice

desde lo más alto el Creador
con esa alegría firme
en el corazón,
que le convierte en pescador
de la sonrisa que afirme,
con mucha razón

que todo bien que nos venga
en esta vida o la otra
a Dios tiene
fuente de la que provenga
y como destino a Dios va,
pues conviene.

Hoy todos se han asombrado
de que unas lágrimas pendan
de sus ojos
más de uno le ha preguntado
otros quizá no lo entiendan
con enojo...

Pero el hombre feliz mismo
la respuesta nos decía
muy amable:
yo aún sigo siendo el mismo
lloro, ¡pero de alegría!.
¡Admirable!
Pilar V. Padial

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